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2024-07-05 - JDF. Exp. Nº 888/24. – Ref: Inclusión en el nomenclátor de Sarandí Grande.

Sr. Presidente: En esta oportunidad quisiera solicitar se incluya el nombre de Adolfo Espinel Medina en el nomenclátor de una calle de nuestra ciudad Sarandí Grande.  Voy a realizar una breve reseña sobre Adolfo Espinel: Fue un creador de luz y belleza, un destacado pintor y artesano que nació un 29 de diciembre de 1943 y fallece un 24 de mayo de 2020, dejando un legado artístico imborrable. Nacido en Sarandí Grande, vivió con su familia en una casa ubicada en la Avenida Artigas, cerca de la calle Harrison, donde su padre tenía un almacén. Desde joven mostró un gran talento artístico, asistió a la Escuela N° 7 y al Liceo de Sarandí, para luego estudiar dibujo artístico en la Escuela Latinoamericana. Adolfo comenzó a dar clases de dibujo, apoyo escolar y dactilografía desde una edad temprana. Continuó sus estudios en Montevideo, asistiendo al Taller del pintor José Luis Couto y a la Galería Latina, además de aprender con el pintor paisajista Juan Curuchet en Florida. Su pasión por el arte lo llevó a profundizar en técnicas como el dibujo humorístico y la pintura al óleo. Cuando el comercio familiar cerró, Adolfo transformó el local en un taller artesanal, que se convirtió en un centro de aprendizaje para niños, adolescentes y adultos. Su madre atendía la exposición y venta de sus obras mientras él impartía clases de diversas técnicas artísticas. Cada año, más de cien niños acudían a su taller, donde recibían su dedicación y atención. A lo largo de su vida, organizó exposiciones anuales en octubre, como es tradicional en Sarandí Grande, primero en su taller y luego en salones céntricos de la ciudad. También colaboró con maestras, creando materiales para el fin de cursos de cada escuela. Aunque su trabajo no fue reconocido oficialmente, su arte se encuentra en hogares nacionales e internacionales. Con el paso del tiempo trasladó su taller a una pequeña casa donde continuó enseñando a adultos y pintando al óleo.

Falleció en su ciudad natal tras una enfermedad. Adolfo fue mucho más que un maestro de arte; sus clases ofrecían un espacio de refugio y apoyo emocional para sus alumnos. Sus obras, llenas de luz y color, capturan la belleza de paisajes, monumentos y escenas cotidianas. El legado de Adolfo Espinel perdurará en Sarandí, recreado por sus alumnos que seguirán su camino artístico. Su vida y obra dejaron una marca indeleble, y su memoria vivirá en las muchas personas que inspiró y en las obras que creó y será recordado como un verdadero creador de belleza y un maestro de luz.

Solicito mis palabras sean remitidas a la Comisión de Legislación, Administración, Asuntos Internos y Nomenclátor del Organismo y a la Intendencia de Florida.

(Fdo) Nicolás Caetano, suplente de edil.”